Sunday, June 17, 2012

Reunión de Empleados y Bici de Montaña



Reunión de Comunicación


El jueves fue la reunión mensual de comunicación en Specialized. Una vez al mes todo el personal se reune para escuchar una serie de presentaciones sobre lo que está pasando en la empresa: resultados alcanzados, desarrollos importantes en ciertos departamentos, etc.

Dos cosas resaltaron. La primera fue una simple frase del Director Ejecutivo. Mientras explicaba algo más y sin darle mucho pensamiento, dijo “I think bicycles can change lives” (“yo creo que las bicicletas pueda cambiar vidas”). No tengo duda que el creer eso es lo que le ha permitido llevar a Specialized a ser la empresa que es ahora.

Lo segundo fue una presentación de Simon, la persona encargada del programa de responsabilidad social de Specialized. El programa se llama First Gear y, entre otras cosas, ayuda a facilitar el acceso a bicicletas en comunidades en Africa. Simon habló de su reciente viaje a Zambia. Fue una presentación muy inspiradora y que demostró claramente lo que el director había dicho anteriormente: una bicicleta pueda cambiar vidas.


Fin de Semana de Montaña 


El sábado fue de montaña. Fuimos solo mujeres, las tres roommates. Una de ellas ha hecho bici de montaña por años y es muy buena, la otra era su primera vez y luego estaba yo, en medio.

El día estaba exageradamente caluroso, como a 95 grados ferenheit. Fuimos a Coyote Creek Park que queda al lado de Morgan Hill. Me habían dicho que ibamos a tener que escalar bastante, así que el primer par de millas completamente planas me extrañaron un poco. Sin embargo, después de un rato llegamos a un desvío, y allí empezó. Fueron más de 3,000 pies de subida, empinados y asoleados. La verdad es que una buena parte la tuve que hacer caminando. Pedaleaba por partes, pero por ratos me tenía que bajar a empujar.

Finalmente, y después de varias falsas alarmas, empezamos a descender. Hubieron partes dificiles. El terreno estaba flojo y la bici se deslizaba bastante. En una de esas, se deslizó mi bici y se cayó al suelo, pero yo logré caer parada y el impulso me hizo salir corriendo hasta casi el final de la bajada. Por suerte, nunca me caí y salí ilesa (eso si, la subida de regreso adonde estaba mi bici me sacó el aire).

En conclusión fue una salida cansada, pero alegre. El ambiente estuvo caluroso, pero las vistas eran espectaculares.

El domingo fue más tranquilo. Salí con el roommate más nuevo (que llegó la semana pasada) a dar una vuelta en bici de ruta. Escogí un camino con bastante sombra y me aseguré de regresarnos por el centro de la ciudad para que el se fuera familiarizando con la zona.

Para cerrar el fin de semana, hicimos el clásico viaje dominguero de grupo al supermercado a comprar la comida para las cenas de los próximos días.




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