Wednesday, July 11, 2012

Montaña, Santa Cruz y Venados


Ayer al medio día, se me pinchó la llanta justo cuando iba a salir a andar en bici. Como el tiempo es limitado, le dije al grupo con el que iba a salir que no me esperaran y por primera vez en un buen rato hice una vuelta sola. Aunque me gusta más salir en grupo, de vez en cuando es rico pedalear sola: es un buen momento para pensar. Mis piernas todavía estaban cansadas del fin de semana, así es que también fue bueno tener la libertad de ir a mi propio paso.

Santa Cruz
El fin de semana fue de montaña y fueron las dos salidas en veredas que más he disfrutado desde que vine a Morgan Hill. Todas las veces anteriores no me había sentido del todo cómoda, ya sea porque eran veredas demasiado técnicas o porque no conocíamos los caminos adecuados.

El sábado fuimos a Campus, el mismo lugar adonde fui mi primer fin de semana en Morgan Hill. Como casi siempre pasa en la montaña, fui con cinco hombres (la mayoría  de ellos mis roommates). Uno de ellos tiene poca experiencia en ciclismo de montaña, así es que no me sentía presionada por ser la más lenta. 

Además, el que iba liderando conoce el bosque muy bien y sabía exactamente cuales veredas eran de un nivel adecuado para todos. Finalmente, al venir estaba un poco oxidada y he ido ganando confianza. En Los Angeles me es difícil hacer bici de montaña por falta de tiempo y porque tengo que manejar para llegar a un buen lugar (mientras que con la bici de ruta, salgo de mi apartamento y ya).

Al terminar, fuimos a Santa Cruz, que queda cerca de Campus, y almorzamos tacos. Yo no conocía Santa Cruz, así que decidimos quedarnos la tarde y turistear. Primero fuimos a una feria permanente en la playa con ruedas, juegos, comida, etc. Después caminamos sobre un muelle con restaurantes y terminamos en una calle con tiendas interesantes.
Venados

El domingo fue un día tranquilo, y la mañana la pasé haraganeando un poco. En la tarde, Scott, mi roommate que es nuevo a la bici de montaña, y yo fuimos a unas veredas cerca de nuestra casa a pedalear. Los caminos allí son mucho más fáciles y relativamente planos, así que los pudimos disfrutar un poco más rápido y más relajados. El lugar es lindo, es sobre unas montañas: a un lado la ciudad y al otro un represa. 

Para cerrar con broche de oro el fin de semana, en el último pedazo de la vereda,  vimos un grupo de venados, incluyendo uno tan pequeño que aun estaba aprendiendo a correr.



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