Por un rato estaba tan concentrada en la bicicleta y en pedalear bien que deje de apreciar el paisaje y me reganhe a mi misma por hacerlo. Pero después me puse a pensar que no importa la razón, lo importante es que lo este disfrutando. Cuando voy concentrada en mi alrededor lo disfruto muchísimo, paro a tomar fotos y trato de imaginarme como es la vida de las personas que viven allí. Cuando alguien se pone a la par mía y empezamos a platicar, disfruto de la compañía y de escuchar su historia y vale la pena aunque me este perdiendo un poquito del paisaje. Y cuando voy pedaleando a una velocidad cómoda, en la posición correcta y concentrada en hacerlo bien, disfruto de la sensación, del viento, de la adrenalina y del cariño que le he llegado a tener a mi bici.
Cada día conozco gente nueva y de vez en cuando veo a gente del grupo que no había visto los días anteriores. Realmente me he aprendido pocos nombres y las historias por veces se me confunden, pero poco a poco uno va desarrollando cierta afinidad con esta gente que uno conoció hace tres días y que probablemente no va a volver a ver después del domingo. Sin embargo, aunque no los vuelva a ver, se que por lo menos algo he compartido con cada uno: este gran reto por algo bueno.
Yo sobresalgo en el grupo por ser la que ha venido de mas lejos y por lo tanto la mayoría de la gente se recuerda de mi y mi nombre. Aunque muchos no saben adonde queda El Salvador, todos están super interesados en conocerme y saber mas de mi y de mi cultura. Todititos quieren saber como y porque llegue hasta aquí. La verdad es que me hace sentir especial y además me ayuda a conocer mejor la cultura inglesa porque me da chance de hacerle las mismas preguntas a ellos.
Después del almuerzo, en un ratito estábamos en el descanso, tan corto el ratito que no me había dado chance que me diera hambre otra vez.
Físicamente me siento bien. Estoy sorprendida que me siento mucho menos cansada de lo que hubiera esperado. El segundo día me costo volver a arrancar, pero ya ahora no fue tan difícil. El esfuerzo si es grande, pero la motivación lo mueve a uno a seguir. Me he hidratado y alimentado adecuadamente y mi cuerpo ha respondido bien, sigue para adelante.
La segunda parte de la tarde fue aun mas corta. Se suponía que un grupo grande íbamos a parar a un Pub que nos habían dicho estaba en el camino. Pero llegamos al hotel y nunca vimos el Pub.
Cuando entramos al hotel, nos recibieron con aplausos los que habían llegado antes y estaban en la terraza del bar del hotel. Lo mismo hicieron con cada uno de los que entro después.
Mi maleta estaba en una bodega hasta el fondo detras de todas las demás. Como estaba difícil sacarla, me fui a sentar un rato a la terraza con los demás y me termine quedando allí dos horas hasta que me di cuenta que ya iba a ser hora de cena y no me había bañado.
Mientras estaba en la terraza aprendí algo interesante sobre las bicicletas en Londres. En Londres no solo los carros tienen el timón al otro lado, si no también las bicicletas tienen los frenos invertidos (el freno izquierdo detiene la llanta de atrás y el derecho la de adelante, mientras que las demás bicicletas son al revés).
Cada día se va acumulando el cansancio, pero también se va disminuyendo la distancia: hoy hicimos 110 kms en 5 horas...
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