En esa segunda parte del día hubieron mas subidas. Una, sobretodo, de las que uno siente que no lo va a lograr. Las ganas de bajarme y empujar no me faltaron, pero allí fue cuando me propuse que no voy a empujar la bici hasta llegar a París. Empezamos a pasar por mas campo verde y menos pueblos, pero siempre habían cosas bonitas que ver.
La mayoría del tiempo iba con el grupo o por lo menos con un ciclistas mas. Pero en un ratito que iba sola, llegue a una intersección y voltie a ver al lado equivocado de la calle (en Inglaterra manejan al otro lado de la calle). Cuando oí el motor del carro que venia del otro lado, aunque la señora ya había parado, me asuste, perdí el balance, no destrabe el cleat a tiempo y al suelo. Fue un poco vergonzoso, pero solo me vieron los tres carros que habían en la intersección. Y en términos de golpes, solo un rasponsito en la rodilla.
Salí del descanso de la tarde con un grupo y me mantuve con ellos la mayoría del tiempo. Pero de repente, en otro momentito que iba sola, no vi una de las flechitas anaranjadas que nos han puesto para dirigir el camino. En vez de cruzar, seguí recto en una bajada riquisima. Al final de la bajada llegue a un redondel y al no ver flechitas, realice que me había perdido. La bajada que había sentido tan rica, ahora era una gran subida que encima tenia que subir rápido para no quedarme atrás.
Pero sobrevivi y llegue con bastante tiempo a Dover, el punto de reunión para subirnos al Ferry que nos cruzaria a Francia. Esperamos en un Pub mientras todos llegaban y a las 4:30 todos salimos juntos y siguiendo a un carro en dirección a la terminal del ferry. Justo cuando íbamos saliendo empezó a llover, gotas gruesas y diagonales, de las que duelen. Pero lo peor era el frío y yo con mi chumpita que de nada servía. Por suerte en la terminal había un café adonde me pude comprar un chocolate caliente para sentirme mejor.
Al rato pedaleamos un poco mas al ferry. Subirnos fue bastante tardado porque inventaron chequear el pasaporte de algunos de nosotros y nos hicieron pasar por detectores de metal (que por cierto no eran muy buenos ya que varios pasaron con cleats y no sono).
En el ferry cada quien comió lo que quiso: era la única comida no incluida. El ferry era bien grande y tenia de varios tipos de comida, una tienda, un café, salones para descansar, etc.
Un poco mas de una hora después, llegamos a Francia adonde nos esperaba una pedaleada de unos treinta minutos al hotel. Ya para esas alturas, treinta minutos mas, treinta minutos menos, no eran nada. Pero ya había oscurecido y estaba helado.
Al llegar entregamos las bicis y nos dieron nuestras maletas. Yo tuve suerte porque mi bici no cupo en el parqueo, así que durmió en un salón de conferencias del hotel.
Los cuartos son compartidos con una persona mas. Mi roomate es buena gente, pero realmente no la conocí mucho porque solo venimos, nos bañamos y nos dormimos. Eran como las 10 de la noche y habíamos pedaleado durante 7 horas y 55 minutos, recorriendo 164 kms...
(Las casi 8 horas pedaleadas son de acuerdo a la computadora de la bici que solo mide cuando la bici se esta moviendo).
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