Monday, July 11, 2011

Haciéndole frente al velódromo

Faltan 8 días!

Dentro de una semana voy a estar empacando y, sin lugar a dudas, voy a estar bien nerviosa. Siento que me he preparado y entrenado tanto para este viaje que quisiera que todo me saliera perfecto...

Hoy regresé al velódromo por primera vez desde que me caí. Cuando llegué me sentía tranquila. Pero al meterme a la pista si sentí cierto miedito, sobre todo al voltear a ver el lugar exacto adonde me caí.

Empecé con quince minutos de calentamiento en la línea azul adonde hay cero inclinación y es como ir en la calle pero sin tráfico y sin baches. Después Raba me preguntó que como me sentía, que si quería subirme al peralte o si no estaba lista. Le dije que si, pero solamente a la línea negra, la que está a 20 centímetros del suelo. (Cuando me caí, iba en la línea roja que está a 90 centímetros del suelo).

Empecé dando un par de vueltas en la línea negra, para lo cual necesité incrementar la velocidad (es esencial ir a cierta velocidad para mantener la bicicleta sobre el peralte). Pero pronto empecé a sentir los efectos de la pedaleada de ayer. Mis piernas estaban cansadas y me costaba mantener una buena cadencia, así que decidí bajar nuevamente a lo azul.  La verdad es que no estaba dispuesta a arriesgar otra vez mi viaje a estas alturas.

Para la última parte del entreno, bajé al centro de la pista para hacer ejercicios que me ayudaran a mejorar mi manejo de la bicicleta (y así evitar futuras caídas sobre todo cuando vaya en pelotón con bastantes otros ciclistas).  En el centro de la pista de bicicletas, está la pista para competencias de patinaje que es una superficie plana, con un leve peralte a los lados. A nosotros nos interesaba la parte plana.

Como no teníamos conitos, Raba consiguió botellas plásticas vacías y otro par de cosas para poner una línea de marcas en el suelo. La idea era que yo "zigzagueara" entre las marcas sin pasármelas llevando, simulando hoyos en la calle u otros ciclistas. Al principio me costó un poco y me ganó por bastante un niño como de 10 años que se puso hacer el ejercicio con nosotros.  Pero, poco a poco, le fui agarrando aunque de vez en cuando me topaba la llanta de atrás.

Cuando ya me sentía más cómoda, el siguiente paso fue intentar hacerlo con una sola mano. Las bicis de ruta son menos estables que las normales, y a pesar que la que mantuve en el timón fue la mano derecha, resultó ser menos diestra de lo que yo esperaba. En mi primer intento con una mano, pasé la primera marca y cuando traté de pasar por la segunda, perdí un poco el control y me pasé llevando a Raba que por suerte reaccionó rápido. Lo hice dar su bailadita, pero se logro quitar y solo recibió un cholloncito en la pierna. Yo quedé desbalanceada pero también reaccioné bien y zafé los cleats con suficiente tiempo para poder poner el pie en el suelo.

Para que no me volviera a suceder, me quité los zapatos y volví a intentar en calcetines. Así, si perdía el control, me podía sentir más tranquila que no iba a tener problemas poniendo el pie. Ya con la tranquilidad de tener los pies libres, pude hacer el zigzag con la mano derecha y con la izquierda lo logré hacerlo de dos marcas en dos marcas.

Finalmente, siempre en calcetines y en la parte plana, practiqué pedalear por pocos metros sin manos. Siempre, la idea era adquirir más equilibrio y evitar futuras caídas.

El entreno relativamente corto y bastante suave me cayó bien para recuperarme de ayer. Pero siempre sigo lo suficientemente cansada como para necesitar de mi día de descanso mañana.  Solamente voy a  hacer unos 20 minutos de rodillo en la mañana y voy a ir a Bicimanía a que me expliquen como empacar la bici.

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