Sunday, May 15, 2011

Nuevamente con los cleats enganchados...

Al despertarme en la mañana, me puse las lycras de bicicleta y fui a traer los cleats (zapatos).  Me ayudaron a mover la bici enfrente de la tele, puse el amphora en la canasta correspondiente, encendí el ventilador del techo y puso otro pequeño para que me diera justo en la cara.  Finalmente, puse el canal de deportes de Televisa para ver la retrasmisión de la etapa 9 del Giro d'Italia.

Estaba todo listo.  Me subí a la bici y puse en cero la computadora, le dí volumen a la tele, trabé los cleats y empecé a pedalear.

Definitivamente entrenar en rodillo no es lo mismo que pedalear en la calle.  Ni por cerca.  El paisaje no cambia, y por más ventiladores que ponga, la sensación real de romper el viento, es inigualable.  Pero, considerando las circunstancias, sentí rico y los paisajes por los que atravesaba el pelotón en Italia le daban una ayudadita a mi imaginación.

La posición tampoco era ideal.  El doctor me hizo prometerle que no apoyaría las manos en el timón porque sería demasiado esfuerzo para mi clavícula.  Así que pedaleé con el cuerpo recto y las manos en el aire.

Habiendo dicho todo eso, realmente disfruté de mi primer entreno en rodillo.  Hice unos quince minutos de calentamiento, después pasé a hacer intervalos de cinco minutos, cambiando las velocidades y pedaleando a diferentes ritmos.  En todo momento, vigilando que la cadencia (revoluciones por minuto) se mantuviera entre 80 y 100 y revisando mi ritmo cardíaco cada cierto tiempo.

Pedalee un buen rato, acompañando a los ciclistas del Giro mientras subían el Volcán Etna (uno de los volcanes más activos del mundo).  Pedalee y pedalee, hasta que vi como Alberto Contador pasaba la meta y se apropiaba de la maglia rosa.

Me cansé, pero me sentí bien.  Al terminar estiré bastante, pero aun así ya empiezo a sentir dolorcito en las piernas.  No dudo que mañana lo sentiré más, pero es de ese dolorcito que se siente rico y que con cada paso recuerda el esfuerzo realizado.

Mañana es el primer descanso para los ciclistas del Giro d'Italia (son 21 días en total, con dos de descanso intercalados), pero coincide con la primera etapa del Tour de California.  Así que nuevamente estaré bien acompañada.

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