Saturday, May 7, 2011

Entrenamiento Días 10: una muralla en el camino

Ayer no me atreví a escribir.  Ponerlo por escrito era hacerlo real, y no estaba lista para eso.  No le conté casi a nadie.

Diez minutos antes de terminar mi décimo entreno, luego de cincuenta de estar dando vueltas en el velódromo a una velocidad constante de 30 km/h (ya había configurado la computadora), unos cuantos segundos cambiaron mis planes por completo.  Ya un poco cansada, había bajado de velocidad a unos 26 km/h lo cual hizo que mi pié topara contra el peralte (pared) y se me zafara el cleat.  Fueron segundos, pero mi poca experiencia me hizo dudar entre intentar bajar del peralte o buscar el pedal.  Lastimosamente cometí el error de hacer lo segundo, con lo cual dejé de pedalear y por supuesto la bicicleta se vino abajo y me tiró al suelo.

En el momento me dolió, me ardían los raspones de la pierna y el brazo, pero no creí que fuera mucho.  Entre Raba y otros dos ciclistas que estaban allí entrenando, me ayudaron a sentarme y evaluar que tan fuerte había sido el golpe.  (Si alguno de los tres están leyendo esto, se los agradezco muchísimo)

En ese momento, me empezó a doler el dedo pulgar de la mano izquierda y un poco el hombro derecho.  Pero ambos los podía mover.  Me ofrecieron ir a traer hielo para el dedo.  Para mientras, sabíendo que si no me volvía a subir a la bici iba a quedar con miedo, di unas cuantas vueltas más en la línea azul (la plana) ya para hacer el cool-off.  Al pedalear me molestaba el dedo y tenía que poner la mano en una posición un poco rara, además me ardía el cachete, lo cual me hizo realizar que también allí me había hecho un quemón con el cemento.  Pero ninguna de las dos era para tanto: podía pedalear.

Para hacer el cuento corto, una vez me consiguieron el hielo, me lo puse y manejé hasta mi casa, con dolor y precaución, pero con la idea de apurarme para llegar a tiempo a mi reunión de trabajo que tenía a las 8.

Al llegar a mi casa, empecé a sentir más y más dolor, bañarme y vestirme me tomo tanto tiempo que me di cuenta que iba a ser imposible estar lista a tiempo.  Llamé a la oficina a avisar y a mi ortopeda para hacer cita.  Como a las 10:00 a.m., aun no habiendo tenido suerte contactando al doctor, así que me fui al hospital para por lo menos adelantar con las radiografías.

Honestamente, tenía un poco de miedo que fuera a haber algún tipo de daño que me hiciera detener mi entreno por unos días, pero no me permitía considerar que fuera más serio que eso.

Cuando el doctor regresó con las radiografías en la mano, me puse helada.  De un solo, como balde de agua fría, la noticia: "la clavícula izquierda y el dedo de la mano derecho están fracturados: seis semanas de recuperación".

"No puedo, doctor", con los ojos ya llenos de lágrimas.

"Ni que fueras Armstrong te puedo recuperar más rápido".

Sentí como si chocaba contra una muralla.  Iba a toda velocidad, con todo el entusiasmo que se puede tener y de repente aparece esta pared, invisible, impredecible, impenetrable.  Sentí como si me hubieran quitado la alfombra de debajo de los pies, o aun peor, como si me hubieran quitado el piso entero.

¿Y ahora qué hago?

Adiós viaje, adiós recaudación de fondos, adiós entrenos, adiós bicicleta, adiós blog, adiós ánimos, adiós planes, adiós ilusiones, adiós esperanza, adiós determinación, adiós aventuras, adiós experiencias...

¿Y ahora qué hago?

Ayer fue un mal día.  Los fugases pensamientos sobre mi siguiente entreno, desaparecían al sentir el dolor en todo mi cuerpo.

El cuerpo me dolía muchísimo, y todavía me duele.  Pero la verdad es que hubiera estado dispuesta a aguantar diez veces más dolor, veinte veces más, con tal de poder salir a la ruta programada para hoy.  Hoy tocaba montaña; ibamos a salir con el grupo de bicimania (espero la hayan gozado).

Ayer no me atreví a escribir, pero desde ayer tengo en mente que no puedo permitir que todo mi esfuerzo, y sobre todo mi ilusión, se pierdan.  Les he escrito a los organizadores del evento para preguntarles la posibilidad de mover mi espacio en la gira de junio a una programada para mediados de julio.  Ya lo hablé con el doctor y considera que si puedo estar lista (siempre y cuando siga sus instrucciones y haga las terapias posteriores, claro).  Además le he insistido en que me dé permiso de entrenar con rodillo (una herramienta para hacer la bici estacionaria y poder practicar en la casa).  Hemos quedado en que le voy a llevar el rodillo y la bici a su clínica para que el evalúe cuando puedo empezar.

Los organizadores aun no me han contestado, pero estoy rezando que tomen mi situación en consideración y me permitan hacerlo.  Si no me lo permiten, buscaré otra forma de hacerlo.  Si es necesario, otro lugar.  Pero lo quiero hacer, me siento comprometida con la fundación para la investigación del cancer, me siento comprometida con David por quien inicié esto, me siento comprometida con Raba, con todos los ciclistas (Carlos, Diego, Juan Carlos, Rafael, Tussel, Miguel, Iris, Tish, etc, etc, etc) que me han dado ánimos y tips, con Rafael que me prestó la bici, con mi familia y mis amigos que me apoyan, con todos los que han donado dinero y con todos los twitteros y facebookeros que me motivan y me ayudan a dar a conocer lo que estoy haciendo.

Se los agradezco un millón y los mantendré informados sobre que me responden los organizadores y cómo voy avanzando con la recuperación y los arreglos para lograr cumplir mi objetivo.

1 comment:

  1. Vamos Raque, hasta no tener un no, seguis en la carrera...Lo bueno es que tu estas bien y que tus ánimos siguen ahi, quiza mas fuertes que antes....tu compromiso esta asegurado con todos, sino es en esta vuelta, será en otra, pero será, y grande!! Un fuerte abrazo - German Vega

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