Saturday, May 14, 2011

Recuperación: Tanta espera...

Hoy se suponía que era el gran día.  El gran día en que podía empezar mi entreno nuevamente.

Temprano en la mañana pedí ayuda para subir la bicicleta y el rodillo al lugar adonde tenía planeado instalarlo.  Aunque mi amigo me había dicho que vendría en la tarde a enseñarme como montar la bicicleta sobre el rodillo, yo ya lo tenía listo.

Encontré en internet un video con las instrucciones para armarlo (ya que tengo jersey nueva, pero no manuales), pero consideré que el riesgo de no ponerlo bien era demasiado alto y que una quebradura más podría complicarme la vida demasiado.  Me obligué a ser paciente.

Este es el famoso rodillo, sostiene la llanta de atrás en el aire.



Mi amigo vino como a las 5:30 y me dio una clase intensiva de como instalarlo, desinstalarlo, regularlo, usarlo, etc. Aunque siendo honesta me siento más cómoda no tocándolo hasta que esté lista para pedalear en la calle.

Me subí a la bici y pude. Hubiera sido mejor poder apoyar las manos (o por lo menos una de ellas), pero igual se sintió rico. Y sobre todo fue un alivio confirmar que no iba a molestarme ni la clavícula, ni el dedo.

Pedalee un ratito: tres a cinco minutos. Pero ya era tarde y en media hora vendrían los invitados a una cena que había en mi casa y a mi me faltaba arreglarme (que es todo un proceso cuando no se puede levantar un brazo ni usar la otra mano).

Son casi las 12 de la medianoche y se acaba de ir el último invitado.  Se me acabó el día y no pude empezar mi entreno (la verdad con suerte estoy escribiendo, estoy cansada).  Mañana sí.

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